En el primer caso situamos el objeto O entre el foco y el vértice del espejo. Trazamos un rayo paralelo al eje óptico, que después de reflejarse pasará por el foco. A continuación trazamos un rayo que pase por el centro de curvatura y que no se desvía. Como podemos ver, la imagen formada en este caso (O’) será mayor, derecha y virtual, ya que se forma por las prolongaciones de los rayos, y no por los propios rayos.

 

Ahora situamos el objeto O entre el foco y el centro de curvatura. Igual que antes, trazamos un rayo que sale del objeto paralelo al eje óptico y que después de reflejarse en el espejo pasa por el foco. Y trazamos un segundo rayo que pasa por el centro de curvatura y que por tanto no se desvía. Obtenemos de este modo la imagen O’, formada por la intersección de ambos rayos, y que en este segundo caso es real, invertida y mayor que el objeto.

Por último tenemos el objeto situado a la izquierda del centro de curvatura. Seguimos el mismo procedimiento que en los casos anteriores y obtenemos la imagen O’, que es real, invertida y menor que el objeto.