Si un cuerpo es lanzado horizontalmente sobre la superficie terrestre, por efecto de la rotación de la Tierra, aparenta estar sometido a una fuerza desviadora perpendicular a su propia velocidad y al eje de rotación terrestre. Teniendo en cuenta que la fuerza de Coriolis  FC=-2mωX v, se comprende sin dificultad que dicha fuerza tiene una componente horizontal dirigida hacia la derecha de la trayectoria seguida por el móvil si éste se encuentra en el hemisferio Norte, y hacia la izquierda si se encuentra en el hemisferio Sur. Así, si desde el Polo Norte se dispara un proyectil de largo alcance a lo largo de un meridiano, por efecto de la rotación terrestre, conforme avanza el proyectil se va encontrando con un suelo que cada vez posee una mayor velocidad hacia el Este, de modo que al no participar el proyectil de ese movimiento por haber sido lanzado en el Polo Norte, el proyectil se «retrasa» con respecto a la superficie terrestre y, desde el punto de vista del observador terrestre, se desvía hacia la derecha de la trayectoria «original», de modo que no sigue el meridiano. Si el disparo se hace en sentido contrario, es decir, desde el Ecuador hacia el Polo Norte, el proyectil parte con una cierta velocidad hacia el Este (ya que cuando estaba en reposo participaba del movimiento de rotación de la Tierra) y a medida que avanza «sobre» el meridiano se encuentra sobre un suelo que presenta cada vez menos velocidad hacia el Este. El resultado será de nuevo una desviación hacia la derecha de la trayectoria que llevaría si la Tierra no estuviera en rotación. En el hemisferio Sur la desviación se producirá hacia la izquierda de la trayectoria.

Cuando un cuerpo cae libremente hacia la Tierra (movimiento vertical) se producirá una desviación respecto a la trayectoria vertical como consecuencia del «efecto de Coriolis». Esta desviación tiene lugar en la dirección hacia el Este, tanto en el hemisferio Norte como en el Sur.