En cualquiera de los dos casos debemos trazar un rayo paralelo al eje óptico, que después de reflejarse pasará por el foco (situado a la mitad del radio de curvatura), y un rayo que pase por el centro de curvatura y que no se desvía. En el caso del espejo cóncavo, sólo tenemos una posibilidad para situar el objeto, de modo que la única construcción posible es la que aparece en la figura adjunta.
En el caso del espejo convexo podemos tener tres casos: el objeto puede estar a la derecha del centro de curvatura, entre el centro de curvatura y el foco o entre el foco y el vértice. En cada uno de los tres casos tendremos lo que aparece en las siguientes figuras.